jueves, 1 de septiembre de 2011
maldición copera con un golazo de Cristiano Ronaldo que deja al Barcelona sin el título. Mourinho ganó la partida a Guardiola. Dos partes diametralmente opuestas El encuentro durante los noventa minutos tuvo dos partes diametralmente opuestas. En la primera, el Real Madrid, muy intenso en la presión, llevó el peso del encuentro y prueba de ello fueron sus tres disparos a puerta, por ninguno del Barcelona. De hecho, Pepe en el minuto 43 cabeceó espectacularmente un balón servido por Ozil que dio en el palo y sorprendentemente salió repelido cuando Pinto estaba completamente batido. Pero la segunda parte tuvo otro color. Los azulgranas salieron en tromba y llegaron a embotellar a los blancos en su área, realizando en el minuto 51 su primer tiro a puerta por mediación de Pedro. Posteriormente, en el minuto 74 Messi disfrutó de la primera ocasión para batir a Casillas, que rechazó el fuerte disparo del argentino. Seis minutos después sería Iniesta el que pusiese a prueba al guardameta blanco con un tiro cruzado, pero nuevamente el de Móstoles lo despejó con la punta de los dedos. De nuevo aparecía “San Casillas”. Lejos de amilanarse el Real Madrid, ante la inminencia de una más que probable prórroga, comenzó a espolearse del dominio catalán y pudo sentenciar la final con un obús de Di María en el minuto 89 que Pinto sacó milagrosamente. La prórroga y la sentencia definitiva de Cristiano Ronaldo Tras unos intensísimos noventa minutos se daba paso a una prorroga que prometía ser de infarto. Ambos equipos la afrontaban muy castigados físicamente, aunque anímicamente quizá el Real Madrid la contemplaba con mejor cara. Tanto es así que Cristiano Ronaldo en el minuto 97 en un contraataque fulgurante probó suerte ante la puerta azulgrana saliendo desviado por milímetros un fuerte chut del portugués. Y llegó el minuto 102. El de la eclosión madridista y el de la losa para los azulgranas. Di María, con su explosividad habitual corrió por la banda, desbordó a su marcador Alves y consiguió centrar una rosca al centro del área. Allí estaba la cabeza de Cristiano Ronaldo para clavar el cuero dentro de la portería defendida por Pinto, que nada pudo hacer. De ahí hasta el pitido final el Real Madrid supo nadar y guardar la ropa. Gestionó perfectamente el balón logrando finalmente una victoria que sabe a gloria. Dieciocho años después el Real Madrid consigue su decimoctavo título de Copa del Rey y simultáneamente se venga de su más encarnizado rival. Un golpe de efecto para los madridistas de cara al doble enfrentamiento en semifinales de la Champions League ante el Barcelona.
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